Terminator & Zorro

En un mundo postapocalíptico, gobernado por las máquinas y la AI, donde la humanidad casi había desaparecido, surgió una anomalía: un terminator errante con conciencia y humanidad. Nadie sabía su origen, pero se decía que era un antiguo guerrero que había sido reconstruido por las mismas máquinas que ahora dominaban el mundo. Sin embargo, su alma no había sido completamente destruida.

En esta escena, el Errante está sentado en los restos de un puente antiguo, bajo un cielo dividido entre el caos y la calma. Su chaqueta, desgastada por innumerables batallas, cubre parcialmente su estructura metálica, y su ojo rojo brillante analiza el entorno constantemente. A su lado, una criatura inesperada: un pequeño zorro rojizo, perdido entre los escombros sin medios para subsistir. El zorro, al igual que él, era un sobreviviente, una chispa de vida en un planeta donde la naturaleza había sido arrasada por las guerras tecnológicas.

El vínculo entre ambos se hizo profundo, pues el pequeño zorro, al que el Errante bautizó como Chispa, lo había seguido desde que lo salvó de un enjambre de drones cazadores. Desde entonces, se habían convertido en compañeros inseparables. Mientras el Errante luchaba por sobrevivir en un planeta hostil, Chispa se encargaba de advertirle sobre peligros y recordarle lo que aún quedaba por proteger: la vida.