La avaricia, considerada uno de los siete pecados capitales en el cristianismo y con paralelos en otras religiones, es universalmente vista como un intenso deseo desmedido por acumular riquezas y bienes materiales más allá de las necesidades básicas, a menudo a costa del bienestar de otros y de uno mismo.
Según las diferentes tradiciones religiosas interpretan y enseñan sobre la avaricia:
- Cristianismo En el cristianismo, la avaricia (también conocida como codicia) se considera un pecado grave porque implica un amor desordenado por las riquezas y los bienes terrenales, lo que puede desviar a los creyentes del amor a Dios y al prójimo. La Biblia tiene numerosas referencias que advierten contra la avaricia, como en los Evangelios donde Jesús advierte que «no se puede servir a Dios y al dinero» (Mateo 6:24).
- Judaísmo El Judaísmo enseña contra la avaricia a través de las leyes y éticas sobre la justicia y la caridad. En el Talmud y otros textos rabínicos, se enfatiza la importancia de ser generosos y evitar la avaricia. Historias y leyes bíblicas como las reglas sobre el año sabático y el jubileo (que mandan la cancelación de deudas y la redistribución de tierras) muestran un compromiso con la moderación y la justicia económica.
- Islam El Islam también desalienta la avaricia, conocida como «Shuhh». El Corán a menudo critica a aquellos que son codiciosos y aquellos que acumulan riquezas sin reconocer los derechos de los pobres y necesitados. Se promueve el acto de dar «Zakat» (limosna obligatoria), que es uno de los cinco pilares del Islam, como un medio para purificar la riqueza de una persona y combatir la avaricia personal.
- Budismo Aunque el budismo no tiene un concepto directo de pecado como en las religiones abrahámicas, identifica la avaricia como una de las tres raíces del mal, junto al odio y la ilusión. Es vista como una forma de «tanha», o deseo ardiente, que engendra sufrimiento y reencarnación. La práctica budista enfoca mucho en la superación de la avaricia a través de la meditación y el desarrollo de la «no-apego» y la compasión hacia todos los seres.
La avaricia es un pecado que encapsula el peligro de permitir que los deseos materiales dominen nuestra existencia, oscureciendo valores más elevados y esenciales para una vida plena y significativa. Su estudio y comprensión son cruciales para cualquier análisis de los defectos humanos y sus repercusiones en la sociedad y el individuo.
Este diseño ha sido elaborado a mano (no es AI) por el equipo de proyectos de Asturmint, éste ha sido el proceso de diseño: