Los siete pecados capitales son una clasificación de vicios dentro de la enseñanza cristiana y otras religiones, pensados para educar y proteger a los fieles de tendencias humanas que pueden llevar al mal.
Los siete pecados, según el orden del cristianismo, son: Lujuria, Gula, Avaricia, Pereza, Ira, Envidia y Soberbia.
Cada pecado representa tendencias humanas que pueden apartar a las personas de la rectitud y llevarlas hacia comportamientos inmorales o destructivos.